Las políticas de regeneración urbana se han dado en varias ciudades de Ecuador como respuesta a los problemas que se venían arrastrando desde hacía décadas (invasiones, falta de servicios, ausencia de planificación). Algunas ciudades, como Guayaquil o Machala, han hecho de ésas su seña de identidad, identificando un modelo político determinado con estas intervenciones. Pese a que resulta innegable el cambio logrado en el aspecto de la ciudad, la eficacia –e incluso la atención prestada– a problemas sociales enquistados en estos espacios resulta cuestionable. Desde este punto de partida, el presente artículo indaga sobre la eficacia del proceso de regeneración urbana en Machala para mejorar la calidad de vida de la población más allá de la mejora del entorno urbano. Para esto, se utiliza una metodología que combina la revisión bibliográfica con el uso de estadísticas y encuestas en profundidad a determinados actores conocedores de estos procesos.