La cooperación internacional al desarrollo se convierte en una herramienta que le permite a los Estados interactuar entre sí para contribuir a la promoción del desarrollo nacional. El sistema de cooperación surge en la década de los cincuenta, bajo el concepto de ayuda orientada al crecimiento económico como determinante de desarrollo. Sin embargo, desde la década de los noventa, la cooperación ha orientado sus esfuerzos a complementar los aspectos de desarrollo asociados a la superación de la pobreza. A partir de ello, se evidencia que a lo largo de los últimos años el objetivo de la ayuda se ha orientado a reducir la pobreza de los países receptores y promover efectivamente el desarrollo. No obstante, el impacto de la ayuda sobre este objetivo ha sido poco estudiado por la literatura de la eficacia de la ayuda, pues sus esfuerzos se han orientado únicamente a concebir el crecimiento económico, como elemento para reducir la pobreza. En consecuencia, los efectos de la ayuda en la reducción de la pobreza, han sido investigados principalmente por el efecto de la ayuda económica en el crecimiento. Asimismo, la pobreza se caracteriza por ser un problema social complejo. Su propia conceptualización y medición conlleva mirar más allá de su enfoque monetario y utilizar un enfoque multidimensional.