El 16% de los embarazos en México corresponden a mujeres de entre los 15 y 19 años de edad, lo que significa que 500 mil adolescentes quedan embarazadas por año” (Camus, 1993, p.18). Lo anterior, exige de acciones que procuren disminuir estas cifras. El embarazo adolescente se ha convertido en un problema creciente en México, tal como lo explica Stern (1997), debido principalmente al gran crecimiento en términos relativos y absolutos, del grupo de adolescentes en los últimos lustros. Segundo, el hecho de que la fecundidad de los grupos de mujeres mayores ha disminuido más que la de los grupos de mujeres jóvenes (muchas de ellas adolescentes) es mayor ahora que en el pasado. Tercero, el mayor acceso de la población pobre de la sociedad, particularmente en el medio urbano a los servicios de salud, es lo que ha puesto de manifiesto la alta incidencia de este tipo de embarazos, muchas veces problemáticos por las condiciones en las que se presentan.