Abstract |
La globalización, al extender y profundizar las crisis económicas, ha traído consigo inestabilidad e incertidumbre a los países, y conflictos e intranquilidad a las comunidades, las familias y las personas. En América Latina y El Caribe, los esfuerzos por hacer frente a la pobreza han dado hasta ahora escasos frutos, y la búsqueda de nuevas vías tanto para la acción gubernamental como para la reacción de la sociedad es permanente; los ajustes, tanto públicos como privados, y los diversos intentos por encaminarse hacia un cambio estructural sólido, generan ciclos en que se alternan periodos con algunos visos de recuperación y etapas de nuevas crisis, desaceleración o estancamiento, en que los sectores más desvalidos son los que primero resienten la compresión salarial, la falta de empleo, el agotamiento de las redes solidarias y la disminución del gasto social; todos ellos factores que ponen en peligro la cohesión social. |