Abstract |
Ante la disminución de la oferta mundial y el aumento de los precios de los combustibles fósiles existe una tendencia creciente por generar alternativas energéticas. La producción de materias primas para generar biocombustibles compite con la producción de alimentos, fibras y madera. La producción de etanol a partir de granos como el maíz y el trigo impactará el comercio mundial de alimentos. En Estados Unidos, principal proveedor de maíz amarillo para México, en 2012 se prevé usar una mezcla de combustible con diez por ciento de etanol (OECD, 2006). El uso del maíz, alimento básico del pueblo mexicano, en la generación de etanol tendrá efectos redistributivos en bienestar social a través de los precios y cantidades producidas y consumidas. |