Abstract |
Se examinan los efectos de dos importantes transformaciones que acompañan los procesos de desarrollo de las economías de América Latina: la transición demográfica, la que refleja los cambios de las tasas de fecundidad y de mortalidad y que afectan el tamaño y la estructura por edades de la población; y los cambios en el mercado del trabajo, los que reflejan el volumen y la asignación de recursos productivos entre sectores económicos y el grado de formalización del empleo. En este contexto, se analizan las diferentes configuraciones demográficas y económicas en los países de la región que facilitan o dificultan, según sea el caso, la cobertura y sostenibilidad financiera de los programas sociales. A ello se agrega el papel que juegan las transferencias “intergeneracionales” (las que ocurren entre distintos grupos de edad) en la sustentación del consumo de la población, así como sus efectos distributivos en el corto y mediano plazo. El estudio demuestra las condiciones bajo las cuales un modelo de protección puede ser adecuado para una economía y no para otra, según su nivel desarrollo económico, la etapa de la transición demográfica y el grado de “formalidad” de su mercado de trabajo. Para ello, se usa un nuevo indicador de dependencia, que relaciona el número de personas inactivas y con problemas de empleo, con el número de trabajadores con empleo formal. Este se contrasta con el potencial de la economía de brindar servicios sociales a los individuos dependientes a través del gasto público social. Luego se examina la evidencia sobre los mecanismos que han implementado los países de la región para realizar las transferencias intergeneracionales requeridas. Se hace una revisión crítica de los estudios existentes, que permiten ilustrar la importancia que tienen esas transferencias, tanto las públicas como las privadas, así como sus efectos sobre la equidad distributiva entre generaciones y la sostenibilidad financiera de los sistemas de protección social. |