En las últimas décadas a nivel mundial, en específico en América Latina, se han verificado importantes cambios en los mercados laborales, entre los que se destacan el aumento de la participación laboral de las mujeres, la mejora en sus niveles educativos y alguna disminución de las diferencias salariales. Sin embargo, Honduras figura entre los países con las tasas más bajas de participación femenina en la fuerza de trabajo (Milosavljevic, 2007, p. 114) y con menores porcentajes de participación femenina en labores de ciencia y tecnología según estadísticas de la Red de Indicadores de Ciencia y Tecnología (RICYT). Por el lado educativo, la mujer se ha vuelto mayoría en el sistema educativo superior, representado el 65% de los graduados a nivel nacional en el 2008, pero concentradas en un número limitado de carreras con énfasis en el área administrativa y de la salud. Este estudio identifica determinantes de la participación laboral femenina en ciencia y tecnología, mediante un estudio exploratorio-descriptivo, de corte transversal, de carácter mixto (metodología cuantitativa y cualitativa). Las técnicas de recolección y análisis incluye el uso de la EPHPM mayo 2009 y la aplicación de entrevistas en profundidad a 10 mujeres que laboran en ciencia y tecnología, realizando un análisis econométrico probit, Heckman y tobit para la participación laboral, las remuneraciones y la oferta laboral, respectivamente, para ocupaciones del grupo 2 y 3 de la clasificación nacional de ocupaciones. Asimismo, un análisis de contenido, a un nivel pragmático, bajo una estrategia extensiva e intratextual. Como conclusiones principales se puede decir que los niveles educativos son relevantes para la participación laboral y las remuneraciones. En estos análisis, así como lo plantea la literatura, aparece la experiencia y en algunos casos el estado civil. Asimismo, en la oferta laboral tiene un papel relevante el salario por hora y los ingresos no laborales. Para el tema de las barreras, se plantean dificultades de manejar los roles de la mujer, la falta de experiencias significativas en investigación de los estudiantes y la falta de estrategias claras para el desarrollo de investigación en las universidades y en el país en general. Y para finalizar, en cuanto a los facilitadores, el apoyo de la familia, la ayuda adicional remunerada, el papel de los mentores, las redes de contactos profesionales y la incorporación temprana a actividades laborales y de investigación.